miércoles, 24 de marzo de 2010

EU: armas y consumo, causa de la violencia

Evoluciona la Iniciativa Mérida; le confieren un carácter social


México y Estados Unidos acordaron trabajar de manera conjunta para “desarticular a los cárteles de las drogas que están llevando la guerra a la sociedad civil” y con ello amenazando el desarrollo económico.
Ambos gobiernos también anunciaron que pasarán a una nueva fase de la Iniciativa Mérida, mientras que la secretaria de Estado, Hillary Clinton, reconoció la parte de la responsabilidad que corresponde a su país en el flagelo del narcotráfico.
“Sabemos que la demanda de la droga motiva a una gran parte de este comercio ilícito, [y] que las armas que se compran en Estados Unidos se utilizan para facilitar la violencia aquí en México”, aceptó.
Por tal motivo reiteró el respaldo de su país a la ofensiva emprendida por el gobierno federal mexicano contra el crimen organizado, que mantiene una guerra contra la sociedad de ambas naciones.
Hillary Clinton encabezó a los miembros del gabinete de seguridad estadounidense que ayer sostuvieron un encuentro con sus homólogos mexicanos en la Segunda Reunión del Grupo de Alto Nivel de la Iniciativa Mérida.
Después, en conferencia de prensa, la funcionaria calificó como tragedia la muerte de ciudadanos de ambos países, entre ellos el asesinato —el 13 de marzo— de tres personas vinculadas al consulado de EU. Un recordatorio, dijo, de los esfuerzos que deben realizar los dos gobiernos contra los “sindicatos criminales”.
“La triste realidad es que estos asesinatos son parte de un ciclo mucho más grande de violencia y crimen que ha impactado a las comunidades en ambos lados de la frontera, y algo que ha cobrado un precio sumamente doloroso para las familias aquí en México”, señaló Clinton.
Destacó que en la campaña emprendida por el gobierno federal contra las organizaciones criminales “honramos el servicio y el sacrificio de las mexicanas y mexicanos en las Fuerzas Armadas y en la policía”.
La funcionaria estadounidense dijo que “los cárteles del narcotráfico están librando una guerra contra la sociedad civil, una violencia que retrasa el desarrollo y que socava el progreso. Así que sí, aceptamos nuestra responsabilidad compartida”.
Plan antidrogas en EU
Por ello, anunció que su gobierno presentará un plan antidrogas para reducir el consumo de estupefacientes, y con México se pondrán en marcha programas binacionales contra el tráfico de armamento y el lavado de dinero; además de que la Iniciativa Mérida evolucionará a una nueva fase, con una estrategia de atención a los aspectos sociales en las comunidades afectadas por la violencia.
“Estamos trabajando juntos para resolver los problemas que representan los cárteles delictivos que están al acecho en sus calles y en las nuestras, que matan e hieren a gente inocente y que propagan un reino de terror, de intimidación y que utilizan el tráfico de drogas para generar la adicción en la gente.”
Al finalizar el encuentro en el que participaron funcionarios como los secretarios de Defensa, Robert M. Gates, y de Seguridad Interna, Janet Napolitano; el jefe del Estado Mayor Conjunto, el almirante Michael G. Mullen y el director de Inteligencia Nacional, Dennis Blair, los representantes de México y Estados Unidos emitieron una Declaración Conjunta sobre Cooperación Bilateral contra la Delincuencia Transnacional, bajo la premisa de la responsabilidad compartida.
Estrategia de cuatro puntos
La titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), Patricia Espinosa, informó que en la reunión se acordaron cuatro áreas estratégicas en las que se concentrará la nueva etapa de cooperación: la desarticulación de las organizaciones delictivas que actúan en los dos países; apoyo mutuo para fortalecer las instituciones de seguridad de ambos países; el desarrollo de una frontera segura para el siglo XXI y el fortalecimiento de la cohesión social en comunidades de los dos países.
Más tarde, el presidente Felipe Calderón sostuvo una reunión con la secretaria Clinton, a quien le dijo —según la Presidencia de la República— que para concretar la responsabilidad compartida es urgente que los dos países refuercen la intercepción de drogas, armas y dinero en efectivo, y al mismo tiempo trabajen en la desarticulación de grupos delictivos y fortalezcan las estrategias de control de la demanda y el tratamiento de los adictos.


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