martes, 23 de marzo de 2010

Sepultan a estudiante del Tec en Coahuila

Los padres de ambos demandaron "que se limpie su nombre", porque eran buenos muchachos, estudiosos con calificaciones excelentes

Que la muerte de mi hijo no sea en vano", suplicó Rosa Elvia Mercado, madre de Jorge Antonio Mercado Alonso, uno de los dos jóvenes muertos el viernes por la noche, durante el enfrentamiento entre el Ejército y sicarios a la entrada del Tecnológico de Monterrey.
El saltillense Jorge Antonio, de 23 años de edad, y su amigo y compañero de muchos años, Javier Arredondo Verdugo, de 24 años, fueron velados muy cerca, a unos 30 metros de distancia, en capillas de la misma agencia de inhumaciones, "Funerales Martínez", en Hidalgo y Bulevar Valdés Sánchez, donde recibieron las condolencias de amigos y familiares.
Los padres de ambos demandaron "que se limpie su nombre", porque eran buenos muchachos, estudiosos con calificaciones excelentes y (autoridades policíacas) dijeron que eran criminales.
La mamá del saltillense narró las horas de angustia que pasaron desde que se enteraron de la balacera y ya no supieron de su paradero, pues les insistían que los muertos eran sicarios.
"Por la forma en que lo encontramos, apuntó, podríamos decir que fue golpeado o arrastrado, pero no nos consta.
Le quitaron todas sus identificaciones y no nos entregaron nada de sus pertencias".
Fue homicidio y marcó al país
Mientras tanto la novia de Jorge Antonio, Ruth Nohemí Garza Mata, afirmó que el asesinato de ambos universitarios "ha marcado a todo el país" y sentenció: "Fue un homicidio y los culpables tienen que pagar".
En la Iglesia del Carmen se ofició misa de cuerpo presente donde se oró por el eterno descanso del alma de Arredondo Verdugo, cuyos restos serán trasladados a las 19:00 horas a la población de "Todos los Santos", municipio de la Paz, Baja California Sur.
Mientras tanto, familiares, amigos, compañeros y excompañeros de la preparatoria "Ateneo Fuente", del Tecnológico de Saltillo y de posgrado del Tec de Monterrey, acudieron al panteón "Santo Cristo" donde dieron el último adiós a Jorge Antonio, a quien reconocen como un alumno sobresaliente.
"Era muy buen estudiante, deportista, sin vicios", coincidieron varios entrevistados, quienes exigieron también que se esclarezca el asesinato.
Ambos eran ingenieros en Mecatrónica y en mayo próximo concluirían sus estudios de posgrado, Jorge Antonio la maestría y Javier el doctorado.
En el cementerio, un pastor de la Iglesia Cristiana ofició un servicio religioso.
Antes de que fuera sepultado, la inconsolable madre, Rosa Elvia entregó a su hijo al Altísimo.
"Dios quería un angelote en el cielo, por eso se lo llevó, solo él sabe por qué y, aunque no me agrade, yo acato su voluntad".
Después de que fue enterrado, Ruth Nohemí Garza Mata, novia de Jorge Antonio, roció con su perfume las flores que cubrieron la sepultura.
La desconsolada joven, afirmó que le duele mucho la pérdida de su pareja, cuyo deseo era glorificar a Dios.
"Su muerte tenía que ocurrir porque Dios lo permitió", declaró.
Reveló que le conoció en la Iglesia Cristiana y el detalle más hermoso que tuvo con ella fue, hace poco, cuando le obsequió su anillo de promesa de matrimonio, pues planeaban casarse en unos o dos años.
Mientras tanto, Andrés Gustavo García Mercado expuso que la autopsia reveló que su primo murió de un balazo en la cabeza, "pero no hay ni siquiera a quien culpar, porque no se sabe si el disparo lo hicieron los militares o los delincuentes".




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